El
profesor-coach es quien presenta capacidades como empatía, integridad e
interés, así como una disposición, en la mayoría de los casos, a adoptar
enfoques innovadores que promuevan nuevas metodologías de trabajo, muchas veces
a riesgo de críticas por parte de compañeros o de los propios padres no coaches. La
aplicación del coaching en el contexto educativo requiere, por parte del
coach-docente, el desarrollo de las siguientes cualidades:
- Saber escuchar y atender. De acuerdo con lo señalado por Bou (2007), ésta es una de las cualidades principales que debe tener el coach-profesor/tutor, pues esta competencia constituye uno de los principales elementos desencadenantes, en el alumno, de motiva- ción y confianza en la guía del coach.
- Ofrecer una disponibilidad, de manera tal que el participante pue- da acceder, como lo señalan O’Connor y Lages (2005), a la ayuda requerida para hacer frente a la situación que así lo demande, a través del uso de sus propios recursos y no de soluciones preelabo- radas que partan del coach. La función de éste no es, en definitiva, resolver los problemas del alumno, sino ayudarlo a hacerse cons- ciente de las pistas que posee para alcanzar los objetivos y metas que se ha trazado.
- Trabajar un problema presente, bien delimitado y con un objetivo a la vista suficientemente atractivo y realista, con objeto de movili- zar la motivación del alumnado.
- Ser competente, lo cual requiere un conocimiento del entorno y de la tarea que realiza el alumno.
- Tener buen ánimo y actitud mental positiva, pues un coach es un líder. Según O’Connor y Lages (2005), debe poseer tres atributos principales: habilidad, conocimiento y servir de ejemplo.